sábado, 29 de diciembre de 2012

Nuevo iMac, 2012

Hace un tiempo ya realicé una comparativa entre la diferencia entre instalar equipos Apple en la imprenta y equipos con Windows. Esto es extensible al mundo del diseño. Básicamente, por aquel entonces recordaba que actualmente los dos son PC, algo que no ha cambiado,  y lo único que los diferencia es el sistema operativo y/o ese aura exclusiva que rodea los productos de Apple.


Bien. Hace poco ha salido a la venta el nuevo modelo de iMac, extraplano, y no me resisto a realizar un nuevo comentario sobre el aspecto funcional de estos aparatos. Que vaya por delante que soy usuario de Apple, con un iMac de mediados de 2010, y muy satisfecho con su adquisición.

Una de las mejoras que más aprecio, porque lo he podido comprobar in situ con un modelo, es la gran calidad de la pantalla y una reducción apreciable de los reflejos. Esto es un gran avance. Me parece decepcionante que no hayan buscado la forma de implementar la pantalla retina en los nuevos modelos de iMac, pero no obstante, la calidad de imagen y la profundidad del color es impresionante. Por lo menos en el modelo de 21´5 pulgadas, que es el que he visto. Los ingenieros de la manzana han conseguido reducir el grosor del equipo en los bordes, aún a costa de generar una especie de "chepa" en el centro. La verdad es que no entiendo la obsesión de reducir las dimensiones de un equipo de sobremesa, más allá de demostrar  que su ingenio está dos pasos por delante. Hay se acaban los beneficios.

No recomiendo comprar un iMac para el diseño/maquetación en la imprenta.

Han cometido, a mí entender, varios errores importantes. Uno es la brutal subida de precios en toda la gama de iMac, sin estar del todo justificado por la mejora del hardware que incluye. La gama más baja eleva unos 250 € los precios desde el modelo anterior.

Uno de los avances es la inclusión de los discos SSD, que suponen una gran mejora de rendimiento. Lo pude comprobar al reemplazar un disco duro mecánico por uno de estos en mi portátil, que tiene cuatro años y ahora es más rápido que nunca. Lo que quiero decir es que los SSD  son ya viejos conocidos. Apple da una vuelta de tuerca y combina un SSD con un disco duro convencional, dejando al SO la gestión de ambos. El usuario solo "ve" un disco duro de sistema. No obstante, inexplicablemente, esta mejora no está disponible para la gama más "básica" del iMac, que cuesta la friolera de  1379 €. No solo eso, sino que además de vetarle esta mejora, empeora las características del disco duro desde la gama anterior, de 7200 rpm, e instala discos duros propios de portátiles de 5400 rpm (Adobe recomienda discos duros de 7200 rpm para sus programas)  Con lo cual, medito, mi iMac de 2010 tiene un disco duro más rápido que el nuevo modelo de 2012 sin Fusión Drive. Para incluir esta opción, muy recomendable, la verdad, habría que escoger el modelo inmediatamente superior e incluirle la mejora, con lo cual el precio se dispara a 1829 €. Lo cual es un despropósito para un PC  equipado con un i5 de cuatro núcleos y con una pantalla de 21,5 pulgadas. La opción de equipar un disco duro de 7200 rpm solo está disponible para la gama de 27 pulgadas. Fusión Drive en este modelo nos dejaría un precio de 2149 €.

Otro de los errores de este nuevo modelo es la de impedir la ampliación de la memoria RAM por parte del usuario con posterioridad a su adquisición. Simplemente, ahora es prácticamente imposible sumar más módulos de memoria sin desguazar el equipo. Es cierto que ahora te lo entregan con 8Gb de RAM, pero los iMac siempre han agradecido bastante la ampliación de memoria. Hay algunas tiendas online especializadas en Apple con precios de memoria muy atractivos. Yo mismo amplié mi equipo a 16 gb por 50 €, retirando una pequeña tapa con dos pequeños tornillos situada bajo el monitor. Cinco minutos. La posibilidad de ampliar la memoria por parte del usuario sin pasar por la caja registradora de Apple solo está disponible en los modelos de 27 pulgadas, con acceso directo trasero. Equipar 8 Gb más de RAM en un modelo de 21,5 pulgadas en el momento de la compra, lo cual sería muy recomendable para un futuro, te va a costar 200 €, con lo cual el precio del modelo básico se te queda en 1579 €.

Incluye algunas mejoras menores, como el USB 3.0, nuevas tarjetas gráficas, modestas en su gama baja y más potentes en los niveles superiores. Una ranura SD trasera bastante incómoda. Nos olvidamos de disponer de salida HDMI...(vuelta a pasar por caja para un adaptador Mini Display Port a HDMI de 34,95 €) Un detalle importante es que prescinde de la unidad óptica. Es probable que ellos hayan augurado un mundo ideal sin CD/DVD/BLU-RAY, pero en la imprenta siguen bastante vivos para transportar trabajos, ya que las memorias USB suelen "perderse" al pasar por muchas manos; lo cierto es que siempre te dejas caer por el "chino" para tener una tarrina de discos vírgenes a mano, y que no falten. En este caso, parece que los señores de Apple nos "obligan" a comprar una unidad SuperDrive externa, 81 € en la tienda oficial.

Conclusiones. Es un equipo con un diseño excelente. Buen rendimiento gracias aun hardware perfectamente combinado.  Estéticamente inmejorable, con una buena calidad de pantalla, con un buen sistema operativo, pero con unas opciones de ampliación prácticamente nulas si nos decidimos por los escalones de entrada y un precio excesivo para lo que ofrece. Apple ya inauguró esta nueva política con la modificación del conector estándar SATA de los iMac de 2011 por uno propietario de 7 pines que impedía cualquier reemplazo del HD por uno que no fuese oficial. Y con esto llegamos al punto donde empezamos a intuir que Apple ha caído en los brazos de su propia autosuficiencia y ha dado un golpe de timón que lo aleja del mundo que le vio nacer, la imprenta y el diseño. Es más, creo que se distancia del común de los mortales para entrar en un nivel claramente elitista. Y aplica la máxima de que el precio ideal de un producto es el que el cliente esté dispuesto a pagar. No podría recomendar un equipo donde la simple avería del disco duro o un módulo de memoria inutiliza el equipo durante días, porque es indispensable pasar por el taller de la marca propietaria. La obsolescencia programada que lleva la compañía hasta el extremo no los recomienda como inversión duradera. En todo caso, la opción profesional debería de ser el modelo de 27 pulgadas, con un HD de 7200 rpm y la opción Fusion Drive y con posibilidades de  una futura ampliación de memoria RAM por parte del usuario ya que este modelo sí dispone de acceso directo; la gama más básica queda para el consumo generalista.

En realidad, los nuevos iMac no son más que portátiles potentes y bonitos, sin batería,  más sellados (vienen pegados) de lo que suele ser usual en los portátiles, y con una peana de aluminio para poner encima de la mesa. Disponer de un sistema operativo robusto y fiable como el Mac Os no justifica esta vez el desembolso. Creo que Apple ha perdido la oportunidad de "democratizar" sus ordenadores con esta nueva gama; está por ver quien aprovechará el futuro fiasco de Windows 8, tal vez sea el momento que esperaba el software libre para dar el salto al escritorio.

En los foros en castellano de Apple también se empieza a leer otra palabra entre los acérrimos:

Hackintosh

Un saludo.

(Y con esto despedimos el año y esperamos que todo el mundo tenga un buen arranque de 2013, que por lo menos en España, viene de lo más complejo)



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