sábado, 24 de marzo de 2012

Gestión de Color en microPYME III

Hace tiempo que inicié una serie de artículos sobre la Gestión de Color en una microPYME del sector gráfico. Bien, quiero empezar resaltando que a pesar de que la tecnología para realizar esto ya está contrastada y existen muchos productos en el mercado perfectamente válidos, la realidad es que su coste sigue siendo alto y la financiación escasea. 


Sigo convencido de que la inversión es rentable a largo plazo, pero asumo que en los tiempos que corren, la financiación es un factor problemático para las empresas de pequeño tamaño, que son la mayoría en nuestro país. El camino para alcanzar una Gestión de Color no es largo, en tres días una empresa externa puede obtener un perfil ICC adecuado para tu máquina offset, pagas los costes del proceso y asunto resuelto, pero ¿qué pasa después? Lo complicado es mantener los parámetros en los cuales se obtuvo ese archivo y esa es la parte más dura, porque obliga a comprobaciones constante y a no desviarse del camino fijado y menos: tomar atajos.

Si pretendes tener una gestión de color creíble en la imprenta, debes de tener claro que hay que ser constante en muchas acciones: mantener el CtP en condiciones:  el revelador limpio, comprobar los tramados de las planchas de impresión con dispositivos al efecto, como un SpectroPlate o un ICPlate II. Si tu flujo de trabajo está basado en CtF, con fotolitos,  la idea de la  gestión de color se complica. Se puede realizar, pero en la práctica es mucho más complejo al aumentar las variables, sobre todo respecto a los tramados de las planchas.

Si no se cuenta con el presupuesto suficiente para montar una Gestión de Color integral, habrá que ir paso a paso. Se pueden ir observando los resultados de forma paulatina e ir mejorando algunos aspectos de nuestro flujo de trabajo. 

Carta it8 de Kodak
Hay que caracterizar los elementos auxiliares. Si dispones de un escáner plano para digitalizar originales, deberías de generar un perfil propio para este dispositivo. Para ello se usa las cartas IT8, son modelos creados por ANSI, American National Standard Institute. Son cartas de color, hay de muchos fabricantes, con una serie de parches de color, degradados y fotografías. Cuando se adquieren, vienen acompañados de un archivo digital con los parámetros reales de esta carta. Una vez que la escaneamos con nuestra impresora por medio de un software específico, por ejemplo MonacoProfiler, ProfileMaker de GretagMacbeth, etc, el archivo se contrasta con el archivo digital óptimo y se genera un perfil específico de nuestro escáner. Este será un archivo ICC. En el ejemplo, un software de los muchos que hay. En otro artículo, lo explico paso a paso: calibración de medios de entrada.



Perfilar la impresora sería muy similar. Lo único que hay que imprimir la carta de color y escanearla con un colorímetro. En el mercado hay muchos dispositivos para este fin, i1 o el ColorMunki del ejemplo.Esto nos volvería a generar un perfil .ICC personalizado a nuestra impresora. Por supuesto, esto también sirve para cualquier plotter destinado a imprimir pruebas de color para el cliente.



Sería recomendable contar en la imprenta con un monitor adecuado para visualizar originales mediante softproofing.  Ya realicé un artículo sobre monitores y Gestión de Color: artículo.

Todas estas opciones no son excesivamente costosas. En un primer cálculo, las cartas it8, unos 200€, el colorímetro, unos 300-400€, el monitor adecuado para softproofing, de 600-1000€ el software adecuado para generar perfiles ICC, con un coste variable según los módulos añadidos, pero que tendrá un coste creciente según realice más cosas... Uno de los problemas de la Gestión de Color es que siempre hay algo mejor por más dinero, como los coches. Pero hay que ser realista y detenerse en lo que nos realice un servicio adecuado por un coste razonable. Contar con pruebas de color adecuadas para que sirvan como visto bueno de cliente, un escáner fiable y una pantalla para visualizar de forma realista originales sería lo más básico e indispensable de la gestión de color.

La parte más compleja sería perfilar la propia máquina de impresión offset. Lo ideal sería empezar de menos a más. Inicialmente, hay que realizar un mantenimiento exhaustivo de la máquina de impresión, nivelar baterías y tinteros y configurarla según las normas ISO 12647-2, esto es, según normas del fabricante en aditivos de mojado, IPA, dureza de cauchos, medir el papel para calcular presiones... No obstante, hay que contar con una herramienta que nos mida la densidad de tinta  en línea, nos la sitúe en parámetros ISO y nos ofrezca otros datos interesantes, como el trap, contraste, delta E (ΔE), balance de grises y engrosamiento de las tramas. Sin este equipo integrado, es imposible llegar a cerrar la cadena de la Gestión de Color. Al principio, contando con el densitómetro en línea podemos usar perfiles genéricos de máquina suministrados por Fogra como ISO Coated v2 e ir viendo como nos resultan. Siempre habrá tiempo para perfilar la máquina más adelante.

Un saludo.



viernes, 16 de marzo de 2012

Proteger la información

La imprenta genera cientos de gigabytes de información semanalmente. Almacenar y gestionar esta información se convierte en una dificultad creciente, mas cuando hay  que tener acceso de forma habitual a archivos antiguos. En las artes gráficas los trabajos suelen ser repetitivos, o con pocos cambios. Y las fotografías ocupan mucho espacio y formas de compresión como jpg no son recomendables en una gestión óptima de flujo de trabajo.

Normalmente la gestión de tal volumen de datos se realiza de forma deficiente, aplicando usos que eran válidos en los años 90, pero que hoy en día está totalmente desfasados. Es normal todavía el uso de CD  y DVD (lejanos quedan los días de los omnipresentes Zip de iomega) para transportar trabajos e incluso para almacenarlos. Los soportes ópticos no son muy fiables para almacenar información a largo plazo. Un almacenaje con cambios bruscos de temperatura o humedad pueden acabar con los datos fácilmente. Y para llevar trabajos de un sitio a otro, yo usaría llaveros de memoria USB profesionales, con carcasa reforzada y encriptación de datos incorporada.

El disco duro del PC/MAC es tal vez más fiable que los soportes ópticos, pero hay que saber que su vida es limitada, tarde o temprano MUEREN. Un día, arrancarás el ordenador y la pantalla en negro mostrará  algún mensaje tipo hard disk failure con esas letras blancas que recuerdan a los tiempos del DOS. Ese día sentirás un súbito sudor frío por el cuerpo. Un disco duro externo tampoco es buena solución, debido a lo sensibles que son a los cortes de corriente (un sistema SAI sería casi obligatorio para evitar apagones repentinos y la consecuente pérdida de datos) y a que están conectados a los ordenadores y por tanto sensibles a cualquier problema de virus.

Una vez que descartamos la solución de los soportes ópticos y los discos duros, ya sean sólidos o convencionales, más allá del uso normal del pc/mac y el transporte de información, entra en escena la red LAN. Es prioritario disponer de una red en la empresa bien configurada, obligatoriamente gigabit ethernet con transferencias 10/100/1000. Un firewall para filtrar amenazas de internet y un swich profesional.  Las PYME deben de huir del WIFI como de la peste, no aportan la suficiente seguridad hoy en día y son susceptibles de recibir cualquier ataque en busca de datos sensibles de la empresa. Un simple sniffer y un usuario un poco avanzado puede romper incluso claves WPA, WPA2 y no digamos las WEP. La red debe estar bien gestionada por un técnico, con los permisos y restricciones  que sean necesarios. Una red LAN interna abierta también es un peligro, sobre todo en empresas con muchos trabajadores con acceso a terminales. Con más de diez o quince puestos conectados, sería deseable contar con un servicio de mantenimiento profesional.

Una vez montada  la red LAN hay que instalar un sistema NAS, disco duros en red Network Attached Storage, con un sistema RAID 0-5 que realice copias de seguridad por duplicado, triplicado, etc. No existe ningún sistema de almacenamiento digital seguro al 100%, pero un NAS con dos, cuatro o seis discos duros de 2-4TB cada uno debería ser suficiente para una pequeña empresa.

La última solución y cada vez más accesible a la PYME es el almacenaje de datos de forma remota en servidores externos. Contratar un servicio de estas características se está volviendo muy económico en comparación a las mismas soluciones que empresas especializadas ofrecían hace pocos años. Por supuesto, hay que contar con empresas solventes que gestionen nuestros datos, exigir protocolos de transferencia seguros SSL y encriptación de datos almacenados en la nube. Hoy en día reventar una clave AES de 256 bit es imposible, aunque dispongas de un mainframe dedicado a ello. En este caso, hay que contar con software que realice copias de seguridad periódicas y que en caso de desastre total pueda reponer los datos de forma rápida y eficiente. Por supuesto, habría que contar con una conexión a internet los más rápida posible para no eternizar esto, pero hoy en día ya se comercializa banda ancha a 50 y 100 Mb, asimétricas, claro, no se puede tener todo.

Ninguna solución es gratuita. Pero si hay que hacer cuentas, sería interesante pensar cual podría ser el coste de perder seis meses o un año de trabajos almacenados y los problemas que eso acarrearía al negocio.

martes, 13 de marzo de 2012

No se puede empezar la casa por el tejado

Me  pregunto: ¿En qué estado de optimización tecnológica y de gestión se encuentra el sector de la imprenta? Y no escribo sobre instalar un CtP o cualquier otra máquina costosa. Porque no vale de nada disponer de la última tecnología si nuestros trabajadores la usan al 60%.

En la mayoría de los negocios de artes gráficas de España, generalmente microPYMES, aún no se ha implantado un sistema interno de gestión basado en un estándar internacional, por ejemplo el ISO 9001, no digamos un SIGMA o un EMAS. Si perteneces al sector gráfico y no te suenan estas palabras mal vamos. No sé a qué está esperando el sector para darle un vuelco a esto y ponerse al día, porque la verdad es que ya no hay mucho tiempo.

Pretender competir en un mercado nacional e internacional con la simple reducción de costes salariales es simplemente un suicidio. La gestión interna de muchos negocios es un desbarajuste de proporciones descomunales. Modelos que perduran desde los años 60-70 con encargados de taller polivalentes con años de experiencia, pero carentes en muchos casos de conocimientos actualizados que actúan como eje de la organización del sistema productivo. Sistemas piramidales totalmente desbordados por los tiempos actuales: sobres de pedidos que vuelan por ahí llenos de enmiendas y con carencias importantes de datos, prisas, encartes de última hora urgentes, o lo que es lo mismo: trabajos que llegan a máquina y generan costos ocultos cuando el impresor tiene que abandonar el puesto y consultar a diferentes responsables sobre este mismo pedido. Búsquedas de papel por el almacén, ¿lo habrá traído el transportista? No lo veo... Aplicar un sistema SMED sería un buen comienzo.

Creo que la gran carencia del sector gráfico no es precisamente en la instalación de maquinaria. Hasta hace pocos años la adquisición de "torres" de impresión offset crecía a buen ritmo, excesivo, diría yo. Hoy se puede afirmar que aunque ya no se compra ni una décima parte que antes, el parque de maquinaria es relativamente moderno. Creo que el verdadero problema es una gestión arcaica de los negocios de impresión. La falta de formación de los trabajadores. No implantar modelos de gestión interna eficaces. No realizar estudios del coste/hora real del negocio.

Tampoco, y vamos al aspecto meramente técnico, se aplica una tecnología básica en la imprenta, como la aclimatación de los talleres, que es el gran olvidado. Ahorraría muchas horas en paradas de máquina, permitiría reducir la adición de IPA al agua de mojado e incluso desterrar el alcohol de los talleres  y estabilizaría la impresión. Más calidad. Pero nadie aclimata el taller. A veces te encuentras talleres que han comprado una máquina 70x100 y se han gastado 900.000 € en todo esto y están sufriendo variaciones de temperatura de la mañana hasta la noche de hasta 15 grados y humedades relativas de un 40%. El aumento de productividad es mucho mayor con un taller aclimatado que con uno que no lo está, pero generalmente se priorizan otros elementos y se adquiere tecnología de última generación en la producción. Es evidente que lo ideal sería contar con los todos los elementos de la ecuación. Y lamentablemente, pocos talleres realizan mediciones de densidad de tinta y los ajustes de tinteros se realizan a la manera Richard Clayderman, tocando la botonera y gastando maculaturas y tiempo. Y también ,generalmente,  son estos talleres los que siguen aceptando trabajos externos en formato nativo (sí, freehand sigue por ahí, no acaba de morir...) y no saben lo que es un PDF/X y menos un perfil ICC. Más tiempo perdido.  La crisis se los va a llevar por delante, tarde o temprano.

Cual es el negocio: ¿la imprenta? Pues vamos a montar bien una imprenta,
de una vez.
¿Lo haremos?