lunes, 27 de julio de 2009

Comenzando

¡Hola!

Comienza la andadura de este pequeño aporte el mundo digital. Es mi primer blog y, por ello, con muchos elementos por pulir. Sin embargo, me parece un buen sistema para editar unos y otros pensamientos que circulan por mi mente. Como todas las cosas, siempre hay que rodar un poco para ver si la cosa va bien o es mejor pasar a otras tareas.

En concreto, he escogido arrancar con un blog dirigido al mundo del diseño y el mundo editorial y de las imprentas en el ámbito de Vizcaya y alrededores.

Un sector castigado por la crisis y que tantos sinsabores ha proporcionado a muchos profesionales del sector. Yo entre ellos. Un ámbito laboral castigado por la precariedad laboral, los ERES, el tamaño minúsculo de las empresas en las que trabajamos y con unas perspectivas aún más funestas en el corto y medio plazo.

Creo que la ilusión de los comienzos debería durar más. Todavía me acuerdo de mis propios inicios cuando finalicé mis estudios de Artes Gráficas en Bilbao y me encontré con un entorno laboral áspero y brutal. Con jornadas de 12 horas diarias y sueldos de miseria. Muchos de mis compañeros abandonaron el sector a los pocos meses y hoy en día tienen trabajos de lo más pintorescos, con mejor o peor fortuna. Otros decidimos aguantar y con el tiempo fuimos mejorando en nuestros trabajos. Nos llegamos a convertir en mercenarios que vendían su conocimiento gráfico por dinero, cada vez más valorado según progresabas en éste. Aguanté año y medio en una empresa y después en año y medio cambié cinco veces. Creo que hice lo correcto.

Hoy en día el sector de la imprenta y editorial en Vizcaya se encuentra contra las cuerdas. Las empresas no tienen el tamaño mínimo para ofrecer unas condiciones laborales medianamente dignas y el diseño gráfico y el saber, sin más, ya apenas se valora, se da por hecho. Toda esa maquinaria de impresión que se adquirió en años anteriores, años de pujanza económica, se ha convertido en una losa para muchas imprentas, incluso de las medianas-grandes. El trabajo frente al ordenador ha perdido ese aura creativa y muchos diseñadores se han convertido en obreros agobiados, con plazos de entrega mínimos, prisas y sin los menores controles de calidad en el proceso por simple falta de tiempo material.

Nunca el trabajo impreso ha estado más presionado.
Seguiremos informando.

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