jueves, 22 de noviembre de 2012

Revolución de la imprenta, tecnología NFC

Está aquí y ya es presente. La imprenta, a la que muchos dan por muerta, se vuelve a reinventar a sí misma. La tecnología de radiofrecuencia con tecnología NFC se extenderá en muy poco tiempo porque será un medio barato, eficaz y muy superior a los códigos QR para transmitir información.

¿Qué es el chip NFC?

La tecnología NFC (Near Field Communication) es una tecnología de transferencia de datos inalámbrica entre dispositivos que deberán estar muy cerca entre sí, menos de 20 cm, y que funciona a baja frecuencia (13,56 MHz) que actualmente no requiere licencia ninguna. Es una evolución de la tecnología RFID, un viejo conocido, y la compatibilidad es completa entre los dos sistemas. Como en el  RFID, puede existir un elemento pasivo y otro activo.

Campo de usos del chip NFC
Es similar al Bluetooth, aunque existen diferencias, entre ellas que el chip no necesita tanta energía y además el emparejamiento entre dispositivos es más rápida usando la tecnología NFC. Aunque la velocidad de transferencia es de alrededor de un tercio respecto a la del Bluetooth en condiciones óptimas. Pero esta tecnología no está pensada, en principio, para sustituir al "diente azul" sino para complementarlo. Su uso inicial estaba enfocado a los móviles, sobre todo para pagos y transacciones económicas, monedero electrónico, vaya, pero se ve claro su potencial en el campo de la transmisión económica de información.

¿Y qué pinta todo esto en una imprenta?

Pues que los chips NFC codificados con la información que quiera el cliente se podrán incluir en el papel sin que se note nada, puesto que son extremadamente delgados, o en forma de pegatina sobre el impreso. De esa forma, se podrán imprimir tarjetas de visita con la información que desee el cliente,  trípticos o flyers que se "comunicarán" directamente con tablets o smartphone ampliando los datos ofrecidos de forma exponencial. Esto supone una interacción soporte impreso/web bastante potente. Supongamos que un fabricante de muebles pueda incluir todo su catálogo en un simple díptico o catálogo con un buen diseño. Folletos de música a todo color con docenas de MP3 incluidos en su interior, podría convertirse incluso en un nuevo medio de edición musical jubilando el viejo CD. La tecnología NFC incluso permite modificar la información almacenada en el chip, con lo cual es actualizable. En la actualidad, empresas como SMARTRAC ya han anunciado chips NFC transpondedores específicos para imprenta de 50 micrómetros, µm, de grosor, ideales para su inclusión en cualquier tipo de impreso. Por poner un ejemplo, el cabello humano ronda los 80-100 µm de grosor. Los últimos modelos de chips pasivos disponen de 100 kb, pero pronto se ampliará la capacidad de forma exponencial. En realidad, son los primeros pasos de esta tecnología.

Muy pronto el NFC cambiará el modelo de producción en la imprenta. La explosión tardará aún algunos años, lo que se tarde en implementar la tecnología en los nuevos smartphones.

Un saludo.

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domingo, 18 de noviembre de 2012

Desempleo Tecnológico


 «La tecnología elimina más puestos de trabajo que los que puede crear»,
 Vassily Leontief (premio Nobel de Economía en 1973) 

Desde hace unos meses, he estado meditando sobre las causas de una crisis tan larga y duradera y las causas subyacentes que la están provocando. La lectura de ciertos libros, como las Torres del Olvido, de George Turner, me han ayudado a llegar a una conclusión personal. Esta crisis, lejos de ser coyuntural, es una crisis estructural, una depresión sistémica del capitalismo tal y como lo conocemos.

En el siglo XIX, el inicio de la industrialización comenzó a generar varios tipos de cambios profundos en la sociedad que aún se mantienen. La demanda de mano de obra en la incipiente industria provocó una transferencia de población del campo a las ciudades, que crecieron en poco tiempo. Esta fase todavía está activa en muchos países que se encuentran en plena fase de industrialización, como amplias regiones de África, Asia y Sudamérica.  Bien, esto no era problema porque la necesidad de mano de obra era ingente y era muy fácil absorber  a todo este capital humano. Este hecho concreto lo tenemos muy cercano con el desarrollo de la industria del hierro y el acero en Bizkaia a finales del siglo XIX y gran parte del XX.

Pero, poco a poco, estamos entrando en una nueva era tecnológica. La Era del Conocimiento ha propiciado que la información viaje a mucha velocidad por redes interconectadas como Internet. Esto a su vez ha provocado que ciertos servicios profesionales susceptibles de “viajar” fácilmente a través de estas redes se puedan contratar en naciones con mano de obra más barata que en donde la empresa contratante tiene su origen. Así, cualquier empresa de software puede tener empleados programando en la India, contratar diseñadores gráficos en Argentina, imprimir la papelería en China y tener las oficinas en Bilbao. En otros ámbitos, también se está produciendo una explosión del desarrollo de la robótica que está automatizando muchas tareas que antes necesitaban mano de obra, en algunos casos cualificada. Yo conozco bien las Artes Gráficas y puedo decir que hace diez años, producir un impreso desde un original necesitaba un mínimo de tres o cuatro personas porque la preparación de los materiales era laboriosa y lenta y se realizaba en bastantes etapas. Esto encarecía sensiblemente el producto. Hoy en día, un operario en un puesto informático, puede realizar  10, 15 o 20  planchas en un CtP desde un original digital, sin levantarse de la silla y en un tiempo relativamente corto. Y últimamente, con la impresión digital, ni eso. Directamente al papel a través de un sistema de impresión de dato variable. Una imprenta de cuatro operarios en la actualidad tiene la capacidad de producción de un negocio de cien personas de hace tres décadas, sin exagerar.  Y viendo las últimas novedades en trenes de encuadernación, podemos afirmar que en breve esta afirmación se quedará corta. Esto es extensible a muchas áreas de la producción industrial. No hace tantos años, delineantes, troquelistas e ingenieros eran personal muy valorado en las empresas del metal o el diseño industrial. Hoy en día, el software de diseño técnico en 3D  se ha estandarizado notablemente, así como la máquina herramienta que ,con un solo operario y un ordenador, puede realizar operaciones antes laboriosas y lentas que implicaban a un equipo de trabajo completo con mucha experiencia. La sanidad se está automatizando también de manera increíble, sobre todo en los laboratorios donde docenas de técnicos han sido reemplazados por maquinaria de análisis totalmente automatizada.

Todas estas señales indican que en las próximas décadas se generará un paro estructural bastante importante, motivado principalmente por el desarrollo tecnológico que está reduciendo  la mano de obra necesaria para el desarrollo de muchas tareas. Este paro se cebará en operarios de oficios "manuales" y trabajos con un uso de mano de obra intensiva.  España burló esta transformación global engañándose a sí misma, volcando el desarrollo en la construcción, la agricultura y los servicios, algo con un bajo valor añadido. Evidentemente el tema nos explotó en la cara con más virulencia que a nuestros vecinos, no obstante, no hay que engañarse, tarde o temprano íbamos a llegar a esto. El sector industrial y la agricultura, sectores donde la robótica está aumentando drásticamente la capacidad de producción, ha ido perdiendo empleo por este motivo durante décadas, el sector servicios logró absorberlo, pero esto es evidente que no va a seguir siendo así. Nuestra penitencia consistirá en sufrir los cambios en menor tiempo que nuestros vecinos.

Bertrand Russell, en 1932, ya anticipó esta crisis y adelantó que era una evolución del sistema capitalista, aunque no llegó a describir que traumática podría llegar a ser la transición de uno a otro. Él adelantó que las jornadas laborales en un mundo automatizado deberían de ser como mucho de cuatro horas. Y no es entrar en planteamientos marxistas, sus teorías desechaban el comunismo como un sistema inoperante. El “desempleo tecnológico” está aquí y está para quedarse.

El mercado globalizado y el sistema económico neoliberal, aplicando reglas obsoletas  va a retrasar la toma de las medidas adecuadas para entrar en esta nueva era.  Un ejemplo es China, donde su crecimiento está basado en un uso intensivo de mano de obra "barata", con escasos derechos laborales y medioambientalmente insostenible, modelo abocado al fracaso a medio y largo plazo. Jeremy Rifkin explica la situación perfectamente en su libro El Fin del Trabajo. Es necesario entrar en una nueva era posmercado puesto que el modelo tradicional no va solucionar nada, mas bien agravará la situación, tensionando el sistema con el  riesgo creciente de una fractura social traumática. Este escenario sería muy  peligroso  debido a lo impredecible de la respuesta de una sociedad hastiada y sin esperanzas.

Si alguien quiere anticipar lo que puede suceder en los próximos años si nadie reacciona con cordura a esta depresión que sufrimos, puede leer Una Princesa en Berlín,  de Arthur R.G. Solmsse.Porque como decían los viejos romanos, no hay nada nuevo bajo el sol.

Un saludo.

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