domingo, 29 de septiembre de 2013

Pasado , presente y futuro del sector creativo y el mundo gráfico


Extraído de un interesante intercambio en un hilo de LinkedIn. Me parecía interesante colgarlo en el blog. En cierta forma, esta visión oscura y tiznada del sector que he expresado a continuación me recuerda a esos western crepusculares, como Open Range con Robert Duvall o la gloriosa Sin Perdón, con Eastwood. El fin de una forma de vida.


Hace unos meses contactamos varios ex alumnos de la FPII de Artes Gráficas. Promoción del 96. Las viejas  normas sociales aquí no tenían nada que hacer y las cervezas quedaron para otro momento.  Uno de esos fríos pasillos cibernéticos tan de moda en estos momentos, facebook, fue el local escogido en esta ocasión. Bueno, si hubo intercambio de fotos. Que menos Con el paso de los años, comprobamos que estábamos más viejos, más gordos y más... desencantados. Un buen comienzo.

Los que estudiaron preimpresión, así se denominaba en aquella época el ciclo, bueno, pues, si llega a un  10 % los que proseguían en el sector peco de optimista. La mayor parte de ellos ejerciendo como freelance o montando una microPYME basada en servicios de diseño y/o maquetación o desarrollo web. Subsistiendo. Los maquinistas era a los que mejor nos iba, en torno al 40% seguíamos manchando papel, normalmente en ERE o en condiciones cada vez más precarias. Defendiendo el fuerte, con las cananas casi vacías.  Los de montaje, ni uno. Su puesto pasó al baúl de los trabajos obsoletos y no se actualizaron. Los que maquetan actualmente se hacen cargo de los CtP y así algunos se ahorran una nómina.

¿Cómo se llegó a esto? La situación en general comenzó a ponerse muy fea un poco antes de la Gran Depresión, en torno al 2006-2007 el viento cambió, se volvió frio y oscuro y las sombras comenzaron a alargarse; los años "dorados" tocaban a su fin. Todos nos dimos cuenta, pero esperábamos que la tormenta durase solo unos pocos años. Que confundidos estábamos. Empezaron los despidos masivos en periódicos, agencias de diseño antaño solventes, imprentas  y el resto ya lo sabemos. Algunos viejos del lugar afirman que la crisis es muy anterior, mediados de los noventa, que los cálidos años   de sol posteriores solo fueron  un claro entre  las nubes.

Los fotógrafos profesionales, más allá de un hobby, se extinguieron rápido en las artes gráficas. La gente que decide gastarse un dinero en un catálogo (raro) o una revista (más raro si no es una publicación consolidada), en cuanto le pasas el precio de un profesional, invariablemente se le ponen los ojos en blanco y decide  tirar de stock o directamente se saca el móvil del bolsillo de atrás y empieza a sacar fotografías a piezas industriales en los ratos libres. Te las envía  luego  para que le maquetes el tema (eso si el sobrino no se lo maqueta antes en el word). Y  los jpg pasan la obligatoria línea de "chapa y pintura" en el photoshop, horas no facturables, por supuesto. Si han contratado a alguna agencia de diseño, éstos probablemente hayan presupuestado tan bajo que se las entregarán al becario/becaria (al cual mucha gente al cabo del día le repite continuamente el mantra de que es un privilegiado por tener trabajo), que estará encerrado en algún cuarto sin ventanas con un mac viejo, trabajando doce horas diarias por 600 €. Al final te manda unos archivos que no hay por donde cogerlos, sin sangre, con las letras en cuatro colores, negros con 400% de tinta... y directamente irán a la picadora del PitStop.

Por supuesto, en muchos trabajos el "diseño" se ofrece gratis al cliente, se da por hecho que con un programa de esos modernos y dándole a cuatro botones las cosas surgen por generación espontánea. Y esto no va a cambiar, porque la cultura visual en España es inexistente. Ni se valora ni se valorará. Naturalmente, la imagen empresarial de muchas PYMEs es patética, arcaica, pero como nos movemos en un entorno de mediocridad general, no es tan evidente. ¿Los que más sufren esta carencia?: los diseñadores. Cada vez tiran más sus precios y muchas agencias serias de las de antes están cerrando o tiran de mano de obra "barata" para recortar gastos. Por supuesto, hay empresas grandes que sí saben que gastar recursos en publicidad/marketing/diseño es un plus para su producto y nosotros trabajamos con varias, pero cada vez son menos. Pero si hasta la agencia de Mariscal, el tío del Cobi, tuvo que despedir a la mitad de la plantilla por falta de trabajo, con esto te lo digo todo y esta gente se puede considerar que es la élite.

Este es el croquis actual del sector.

¿Está todo perdido?

Ni mucho menos. Los western  crepúsculares marcaban el final de una era, una dura agonía por la supervivencia, pero también el comienzo de un nuevo tiempo: llegaba el teléfono, el ferrocarril, las vías rápidas de comunicación...En resumidas cuentas, la civilización y su capitalismo feroz.

La evolución inevitable inevitable en la imprenta es especializarse por subsectores gráficos. Etiquetado, packaging, electrónica impresa, impresión de seguridad y productos de alto valor añadido. E intentar ir fusionando los negocios e ir hacia empresas más grandes, de veinte o treinta trabajadores como mínimo (que triste soy hasta soñando). Con ese volumen puedes intentar la exportación, mejores condiciones de financiación y una posibilidad de desarrollar  I+D. Ahora esto es imposible con la división que sufrimos en partículas subatómicas llamadas micropymes  y autónomos.

Las diferentes asociaciones empresariales también podrían fomentar clúster autonómicos o provinciales para desarrollar plataformas logísticas comunes y soporte en TIC potentes y accesibles a sus asociados  para convertirse en trampolines a más mercados potenciales.

De momento seguimos en el fango, apuñalándonos entre nosotros y aunque cada vez quedan menos en pie y alguno piense que eso le beneficia, la realidad es que los que sobreviven lo hacen extenuados, agotados por un largo y sangriento proceso de canibalización.

Un saludo.

Divagaciones de un trabajador de las artes gráficas.

sábado, 7 de septiembre de 2013

Creatividad y Educación normalizada

Un interesante vídeo sobre la creatividad humana, la inflación académica que sufrimos y otros tema tratados con cierto humos. Es largo, pero vale la pena.