miércoles, 20 de enero de 2010

Productividad


Los datos son claros, en España se trabaja mucho y mal. Y estos datos provienen del Institut National de la Stastistique et des Études Économiques (INSEE) Que no los ha inventado nadie, vaya. Aunque el Banco Central Europeo y el FMI ya lo llevan diciendo años.

Trabajamos una media de 1775 horas al año, mientras que en Alemania lo hacen 1432 y en Francia 1559, por poner un ejemplo. Incluso en USA, donde la protección del trabajador brilla por su ausencia y hay una fuerte tradición de jornadas maratonianas, estamos casi a la par, ellos 1785 h/año.

La baja productividad del empleado español, un mal endémico en este país, es un problema generado por múltiples factores. La fuerte atomización de la empresa española, donde las PYMES y las micro PYMES son mayoría, no es un buen caldo de cultivo. En general, las empresas no tienen una masa crítica que genere un entorno favorable no al I+D, que es algo ciertamente surrealista al nivel empresarial en que nos movemos la mayoría, sino simplemente a la formación continua del trabajador español.La formación brilla por su ausencia. El empresario medio no le interesa lo más mínimo y al trabajador prototipo tampoco, ya que se cumple con ir al "trabajo" y hacer la jornada, lo de volver a estudiar algo es inconcebible. Si a eso le añadimos que el sistema educativo español es pésimo, con una alta tasa de fracaso escolar, pues, el panorama que se abre ante nuestros ojos es dantesco. Mala formación de origen y formación continua inexistente o en el mejor de los casos, mal planificada y dirigida.

Está el otro lado de la balanza, donde una juventud muy bien formada en entornos universitarios no encuentra empleo, porque la oferta de trabajo "tipo" en España es un puesto basado en mano de obra intensiva, escasamente mecanizado que basa su competitividad en los bajos salarios. Un producto de bajo valor añadido, dirigido al mercado nacional. Si compitiésemos en la UE otro gallo cantaría. Eso es algo a lo que la Imprenta no se escapa.

Hay una rotación laboral descomunal,el trabajo temporal es mayoritario en España. Eso genera desapego con la empresa contratante y desmotivación en el trabajador. Las jornadas son interminables, jornadas partidas, algo desterrado en el resto de Europa. La productividad baja dramaticamente allí donde las jornadas son muy largas. Las jerarquías dentro de la empresa son propias del siglo XIX y no parece que vayan a mejorar. El sistema "pirámide" es añejo y obsoleto, con una gerencia excesivamente distanciada de los trabajadores a pesar de que los tamaños de plantilla son ridículos.

Y finalmente, el desarrollo tecnológico ya en el ámbito de la imprenta y las artes gráficas es mayoritariamente foráneo. Aquello que dijo Unamuno "que inventen ellos" está plenamente presente en este país que aspira a ser una potencia media. Todo viene de fuera: software, hardware, maquinaria, hasta casi la tinta...menos mal que las espátulas y los trapos para limpiar son nacionales.

Lamentablemente, la forma de afrontar la crisis por parte del empresariado español es intentar abaratar el despido y bajar los salarios, ya de por si de los más bajos de Europa Occidental. Creo que si se pierde la oportunidad de invertir en formación, esquemas modernos de trabajo y en innovación tecnológica, España va a sufrir mucho en el futuro.

Un saludo.