¡Hola!
La campaña de navidad en la imprenta y diferentes temas personales me están robando bastante tiempo, pero para un artículo de vez en cuando ya hago hueco.
Navegando por ahí encontré un servicio editorial por lo menos curioso. Está basado en la web y editan bajo demanda: Bubok. De momento está en España y desconozco si trabaja con latinoamérica, aunque sería perfectamente exportable a naciones tan dinámicas en el ámbito cultural como Chile, 
Argentina y México y que además comparten lengua con nosotros.
Argentina y México y que además comparten lengua con nosotros.
Existe algo parecido en USA, se llama Lulu, aunque ya trabaja en España porque la web está totalmente operativa aquí. El fundador es Bob Young, que también participó en Red Hat, la distro de linux.
Estas empresas, básicamente, trabajan como editoriales, pero con un riesgo menor porque no aportan grandes recursos en un proyecto concreto. Si el libro se vende, se imprime más, supongo que en offset digital (se puede llegar a pedir un solo libro) o con el invento del Express Book Machine, si no se vende, no se apolillan miles de volúmenes en almacenes polvorientos.
El mundo editorial está cambiando a una velocidad vertiginosa, pero esto es otra vuelta de tuerca al utilizar canales de venta novedosos e inexplorados por la editoriales "tradicionales". Claro que el riesgo es llegar a una saturación editorial aún mayor y a una calidad mediocre, el peligro de la autoedición. Pero, ¿cuantos best seller malos nos hemos comprado e intentado leer? Lo siento, no pude acabar Un mundo sin fin, de Kent Follett, era un tostón. Otra forma de distribución es el formato digital, destinado a los eReader, cuyo bombardeo de modelos y precios está siendo masivo para navidades y que, mucho me temo, acabaré cayendo en éste y comprándome uno.
Bubok y Lulu, dos buenas opciones para la edición de libros. Supongo que la idea tiene que madurar todavía un poco más, pero nos indica por dónde pueden ir las cosas la próxima década.
