PANTONE no es un estándar gráfico. Pero muchos no lo saben. PANTONE es una empresa privada, actualmente propiedad de X-Rite. Su función es ganar dinero con sus productos, así que gracias a un marketing muy bien realizado, nos engañó a todos y nos coló las pantoneras en el sistema hace ya décadas. Últimamente, hemos conseguido librarnos algo del yugo gracias a los avances en gestión de color. Con el control de calidad en línea, pocas veces nos referiremos a un color Pantone. Normalmente, hablaremos de densidades, más antiguo, y coordenadas de color o Delta E, más reciente. Pero siguen los viejos vicios, y seguimos viendo estos catálogos de color por todas las imprentas.
Nos hemos acostumbrado desde hace años a usar las pantoneras PMS para discutir con los clientes, para hablar de color, pero en realidad, ese camino hace tiempo que está superado por los avances en la gestión del color. En realidad, hoy en día se le puede considerar como un déficit de formación del técnico el uso de los pantones, con el conocido número.
Usar un Pantone en un trabajo gráfico no te asegura la calidad. Más bien, quebraderos de cabeza. ¿Por qué? Porque los colores Pantone CMYK no corresponden a los colores normalizados CMYK europeo, por extensión todos los colores del catálogo, que están hechos con pigmentos homologados por Pantone. El
Cyan Process de Pantone tiene unos valores CIELab de
L: 63.4481, a: -18.8177, b: -34.3602 mientras que la normativa ISO sobre fondo negro nos dice que el Cyan CMYK es de
L: 54, a: -36, b: -49. ¿Y por qué esto es así? Porque uno de los negocios de Pantone Inc. es homologar fabricantes de tintas con el sello Pantone, con el consiguiente ingreso económico que eso le supone. Por un lado genera la demanda y por otra vende su certificación, al margen de todas las normas europeas de normalización del color. Es el negocio perfecto, si les seguimos el juego.
Nunca salen los colores pantone porque normalmente no usas las tintas que están homologadas por ellos. Si las compras así, te cuestan más, más por nada. Por llevar su sello. Si haces los colores planos a la vieja usanza, al peso y batiendo, lo más normal, siempre tienes que acabar "tocando" el color.
Lo ideal sería trabajar con coordenadas Lab. Se las entregas a la imprenta y ellos, mediante un colorímetro y una sencilla función para obtener el DeltaE, ya obtendran el color deseado. Y es un sistema mucho más efectivo, porque si trabajas así, contarás con el factor del sustrato, que es algo que las medidas porcentuales de las pantoneras no tienen en cuenta. Un color también depende del tono del sustrato y sus características de brillo y lisura. No es tan complicado.
Por lo tanto, si todos nos acostumbráramos a usar, aparte del número del pantone, el número CIELab, estos catálogos de color no harían falta. Es tan sencillo como escribir:
Pantone PMS 201 C y su correspondencia L: 34.48, a: 50.72, b: 24.05.
Así, si nos entregan un manual de estilo con los colores determinados , conseguir las equivalencias de un color corporativo es muy sencillo de forma online, como por ejemplo en la
Encycolorpedia
Lo ideal sería contar con unos catálogos de color impresos por la imprenta con los colores Lab, pero mientras tanto, se pueden usar los Atlas CMYK para hacernos una idea aproximada de los colores en CMYK; cuestan cerca de 20 €, muy alejado del precio de las pantoneras, que suelen salir por 200 €.
Un saludo.